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Bélgica y Ámsterdam

  • Armin Tamzarian
  • 24 feb 2016
  • 7 Min. de lectura

Bélgica y Ámsterdam

Así es, todo ello en 5 días y sin correr. Se puede hacer sin grandes milagros. No hay grandes claves para este viaje, es tan sencillo como tener la voluntad de invertir más dinero que de costumbre, a pesar de no ser excesivamente caro la realidad es que los países tienen un nivel de vida (y por tanto un coste).

Y es que solo por ver el encanto de ciudades como Brujas, Gante y Amberes y el ambiente de Ámsterdam este viaje merece la pena.

Desde Madrid encontramos aviones a Charleroi por menos de 20€, sí has leído bien, 20. La vuelta desde Amsterdam será más cara, aunque no prohibitiva. Tenemos la opción de volar con Ryanair desde Eindhoven o con Iberia Express por Amsterdam (la low-cost de Iberia).

Una vez en Charleroi encontramos un shuttle bus que cubre rutas hasta Gante, Luxemburgo o Brujas. En mi caso, por 7€ encontré un bus que me trasladaba a Brujas, para ser un viaje de 2 horas no estaba mal pagado.

Y llegas a esta maravillosa villa, Brujas. Una ciudad encantada, de esas que te enamoras recorriendo sus calles o contemplando su paisaje. En esta ciudad con historia se albergan varios lugares de interés que no pueden pasar desapercibidos.

El bus nos deja en la propia universidad de Brujas, al lado queda la estación de trenes, que tenemos que atravesar para llegar a la ciudad antigua. Una vez camino a la ciudad pasamos por delante de Begijnhof, una serie de casitas bañadas por el río y sus canales, también por el museo de Pablo Picasso, y una vez pasado podemos contemplar la grandeza de la Iglesia de Nuestra Señora. En realidad no hay un itinerario a seguir, es que es una de esas ciudades en las que te debes perder dando un paseo, no es una ciudad grande pero hay que patear por sus adoquinadas calles. Como lugares a destacar no debemos pasar por alto las dos plazas principales, Stadhuis y el Grote Markt, donde se encuentra la Basílica de la Santa Sangre, donde según dicen conservan la sangre de Jesucristo en una especie de cápsula. Entrar a la iglesia es gratuito, también puedes ver la sangre de Jesucristo (previo pago de 2€). También el campanario de Brujas, que se alza en la mitad de esta villa y donde podemos acceder y subir hasta arriba para contemplar la belleza de esta villa, solo necesitas energía suficiente para patearte todos los escalones que te esperan hasta llegar a la cima del campanario, previo pago de 7€ claro).

Si lo visitamos al atardecer o anochecer será mucho mejor dejarse llevar por sus calles…

Para dormir, un hostel en Brujas no es mala opción. El St.Christopher Inn no es relativamente caro, 55€ para dos personas, y su ubicación es céntrica. Además tenemos el río al lado y podemos acercarnos y ver los molinos belgas a sus orillas.

Día 2. Camino a Gante.

Gante es quizás la ciudad más molona de todo Flandes. Con pedazos de historia española en sus entrañas, la capital de Flandes está a unos 20 minutos en tren desde Brujas. El billete oscila los 7€ hasta la estación de trenes central, que queda a unos 4 kilómetros del centro de la ciudad, por lo tanto o empleamos unos 35 minutos a pie o cogemos el tranvía en la propia estación. Un buen lugar donde comenzar es el Groentenmarkt, desde ahí podemos hacer un itinerario de unas 2 horas donde ver lo principal.

La iglesia de San Jacobo (que en realidad no tiene un encanto especial) - Vrijdagmarkt- Gravensteen (el castillo de Carlos I de España) – Iglesia de San Miguel – Iglesia de San Nicolás – Belfort (el campanario desde donde se puede ver la ciudad) – Catedral de San Bavón (catedral donde conservan uno de los retablos más famosos del mundo, la adoración del Cordero Místico).

Después de emplear la mañana en Gante y sin prisas podemos dirigirnos a Amberes, una ciudad que queda a una hora de Gante en tren. El precio del billete creo recordar que gira alrededor de 10€.

La estación de trenes de Amberes de por sí es una absoluta pasada. En pleno corazón de Europa, su arquitectura y diseño son verdaderamente dignos de admiración. Tanto es así que es totalmente remarcable en el itinerario a seguir. Además no está retirada de la ciudad, en 15 minutos podemos llegar al centro. ¿Qué cosas ver? Un buen itinerario puede ser la Iglesia de San Carolus Borromeus, el Het Steen o Palacio de Carlos V, el castillo protegido por el gigante de Amberes, el Vleeshuis sin olvidar el Grote Markt y por supuesto la Catedral de Nuestra Señora de Amberes. Poco más que señalar de Amberes, pocas cosas aunque de sublime belleza.

Tarde echada en Amberes, ¿sugerencias? Por supuesto, probar las ‘’dutch fries’’ y entrar en el Leonidas de la plaza y tomarse un café.

Camino a Amsterdam. Formas

Definitivamente mi sugerencia es bus, con Flixbus había billetes disponibles por 9€, ¿no está mal verdad? Y solo son 2 horas y media. A no ser que queramos hacer uso del tren, que se antoja caro en este caso.

Para coger el bus, en la misma plaza que se encuentra saliendo de la bella estación de trenes.

Y llegados a este punto, bienvenido a Amsterdam, estás en Sloterdijk. Una de las estaciones principales de Amsterdam, aunque eso sí retirada del centro. Aunque en esta ciudad, los transportes nunca paran, cercanías a Amsterdam Central y en 15 minutos y por 3€ llegamos (picad el billete antes de subir, recomendación).

Amsterdam es una ciudad donde el alojamiento es caro incluso para mochileros. Aunque podemos encontrar de todo, una opción nada mala es dormir en un barco habilitado como hostel. En este caso lo podemos encontrar por airbnb o booking, por la zona del Oosterdok o muelle. Por 60€ la noche para dos personas, no es nada barato teniendo en cuenta las dimensiones de la habitación o facilidades que te da el hostel pero…es lo que hay.

Primera cosa que hacer en Amsterdam: alquilar una bicicleta. This is a must. Que menos que ir a la ciudad de las bicicletas para alquilar la típica ‘’Dutch bike’’ y moverse de esta manera. El precio de alquiler no es relativamente alto. Si la memoria no me falla por 3 días fueron 25€, con todas las posibilidades que la bici te da en esta ciudad, la ciudad más adaptada del mundo.

Saliendo de los osterdooks (muelles) a nuestra derecha tenemos la estación Centraal, justo en frente la ventanilla de información al turista y cruzando la calle la Basílica de San Nicolás. Caminando más adelante a través de la calle Damrak llegamos a Dam, la plaza principal de Ámsterdam, donde se alza el monumento nacional, justo delante del palacio real. A un lado tenemos la Iglesia nueva de Amstedam y al otro la Iglesia Antigua.

Más adelante a través de sus transitadas calles encontramos en Beginhof, que es un patio rodado de casas en Ámsterdam que data de principios del siglo XIV y que se caracteriza principalmente por su tranquilidad.

Si seguimos nos encontramos con la plaza de Spui, a un lado se esconde en un recoveco una pastelería que se llama Banketbakkerij Lanskroon, en el que preparan unas galletas con relleno de chocolate que son espectaculares. Visita obligada.

Al salir y siguiendo el canal nos escoltan dos iglesias a cada lado, vamos a dar al mercado de las flores, donde podemos comprar semillas de todos los tipos así como todo tipo de recuerdos. Y caminando (o pedaleando, según se mire) podemos movernos hasta la Casa Museo Rembrandt y al otro lado el museo de historia judía (en la cual no entré y no puedo recomendar). Justo detrás está el mercado de Waterloo, un espacio espectacular donde podemos encontrar de todo.

Al otro lado de la ciudad se ubica el Rijksmuseum, casi en la periferia. Es el lugar por excelencia de fotografía, la típica foto de Amsterdam se toma aquí. El museo Van Gogh (al cual no entré por falta de presupuesto) está caminando un poco más, al igual que el Vondelpark, el pulmón de Ámsterdam, un espacio verde gigante.

Y como visita imprescindible: el museo de Anna Frank. Una visita muy interesante, económica y recomendable al 100%. Si tenemos algo de tiempo podemos cruzar el canal adjunto a esa calle y pasear por el barrio de Jordaan.

Otra visita muy interesante (y económica) fue la que hice a una fábrica artesanal de cervezas, que se encuentra a las afueras de Ámsterdam siguiendo el canal, justo en la calle Zeeburgerdijk. La cervecería es muy vistosa, tiene un molino de viento que hace imposible que no la encuentres. Ubicada en el canal, ofrecen la posibilidad de visitar su fábrica y probar su cerveza artesanal. Su nombre es Brouwerij ‘t IJ (así de pronunciable…). El sabor de la cerveza era bueno, y la visita en general muy interesante.

¿Bueno y el ocio qué?

Estas en la ciudad del pecado, tranquilo.

Tienes un extensor abanico de oportunidades para explorar aquello que hace famosa a esta villa: drogas y prostitución.

Y vamos con lo primero, los llamados coffee shops. Evita ante todo visitar aquellos que se ubican en el centro. Además de ser más caros, el trato al turista (porque los lugareños ahí no van claramente) es deplorable, si puedes evítalo. Si no has fumado nunca y te da vergüenza el asunto no te preocupes, venden porros pre-rooted o lo que es lo mismo, ya liados. En estos lugares no se vende alcohol, aspecto importante a señalar. El coffee shop Dampkring está en el barrio de Jordaan, es barato, tranquilo y no está masificado, tiene además 2 plantas y es espacioso. Podemos encontrarlo en Haarlemmerstraat 44.

Sobre el barrio rojo (Red Light), qué se puede contar que no se sepa ya. Un barrio tradicional donde las prostitutas ofrecen sus servicios en cabinas. Siguiendo una guía turística local, las cabinas más cercanas al canal suelen ser aquellas con prostitutas de mayor nivel. Cada una de ellas tiene un contrato de arrendamiento con el ayuntamiento o entidades inmobiliarias propietarias de la cabina y han de pagar mensualmente su cuota al igual que cualquier alquiler.

Han de pasar ciertos controles sanitarios cada cierto tiempo para evitar posibles contagios de ETS y están inscritas como autónomas en el registro holandés. Cada cabina tiene un aseo individual para garantizar los estándares de calidad del servicio (además de obviamente el canje de sábanas). Importante: no se pueden hacer fotos ni a las cabinas ni a la calle, no está prohibido pero se entiende como una provocación (los chulos pueden hacértelo saber rápidamente…)

Con respecto a las zonas de fiesta (mayormente en el centro), decir que es caro, muy caro comparado a España claro. Una caña normal puede costar unos 4 o 5€ si mal no recuerdo.

Y después de esta visita tocaba vuelta a España. Dos opciones: Eindhoven con Ryanair o IberiaExpress desde el mismo aeropuerto de Ámsterdam (Schipol). Para llegar allí desde Centraal (la estación principal) hay trenes cada 15 minutos y el precio es relativamente barato (5€).

Nada más que decir, un viaje recomendable y al alcance de muchos.


 
 
 
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