top of page
Buscar

CUATRO AÑOS MÁGICOS DEL PP, ¿REPETIMOS? I PARTE

  • Rocker Estaguirita
  • 30 nov 2015
  • 12 Min. de lectura

CUATRO AÑOS MÁGICOS DEL PP, ¿REPETIMOS?

Queridos lectores/as, llega tiempo de magia, de frío, de olor a castañas, chocolate con churros, luces extravagantes y espíritu de navidad. Ambiente familiar y buenos deseos. Aun a pesar de que en este país tenemos la costumbre de asfixiar y anular cualquier intento de iniciativa o emprendimiento, el joyero está contento, la pescadera abre con alegría, el panadero madruga, el dependiente del videoclub (bueno éste último las está pasando putas y acabará cerrando...), el desempleado coge su CV, en el Corte Inglés cogen gente para la campaña de navidades, aunque paguen poco y por muy poco tiempo hay que cogerlo. Se nota la felicidad y el optimismo en las calles, desbordadas de ilusión. No es para menos, estamos en nuestro mejor momento, y eso se nota...

Hagamos reflexión de estos cuatro años. Rocker Estaguirita ofrece un repaso a modo resumen en cuatro partes que ofreceremos en posteriores entregas.

1ª parte: El asalto a las líneas rojas

He de dejar claro que esto lo escribo desde una absoluta indignación, con un absoluto desprecio por esta gente que nos gobierna, que aún así estoy seguro es mucho menor del que ellos sienten hacia los ciudadanos, que en periodo electoral llaman pueblo soberano. Pero aún con esta premisa, los hechos que aquí se enuncian son totalmente objetivos y demostrables. Intentaré resumir e ir al meollo del asunto, porque habría para escribir libros. Aún así será largo, pero en compensación prometo alguna que otra carcajada o, en caso de no estar de acuerdo con lo aquí expresado, alguna que otra sonrisa picarona. Incluso para los que estén totalmente en desacuerdo y estos cuatro años les parezcan gloria bendita, pueden regocijarse y gritar un “que se jodan”, al estilo de la diputada del PP por Castellón Andrea Fabra cuando Rajoy anunció en el Congreso que reducía la prestación por desempleo a partir del sexto mes, pasando del 60 al 50% de la base reguladora, uno de los recortes más duros de la democracia en las cuentas públicas.

A prácticamente dos semanas de las elecciones generales, en mi opinión las elecciones más trascendentes de los últimos doce años donde nos jugamos el futuro de nuestro país, uno acude a las encuestas con cierta esperanza de que se muestre un cambio de tendencia que rompa con lo que hemos tenido hasta ahora, ya que piensa que tras la debacle y podredumbre de estos cuatro años de “gobierno” del PP pocos pueden estar a favor de repetir y otorgar de nuevo el mando de la nave a estos neoliberales sin escrúpulos. Un inciso, definición de liberal/neoliberal: persona muy lista y emprendedora que ve negocio en todo, no como los demás que somos gilipollas, e intenta sacar la mayor pasta posible de todo aquello que puede, llevándose por delante lo que sea y a quien sea, quitando y poniendo leyes o aprobándolas a su medida. Pues bien, todas las encuestas habidas y por haber, tanto las oficiales (que pueden estar manipuladas en un sentido) como las independientes o extraoficiales (que podrían estar manipuladas en el mismo o en el opuesto) dan por unanimidad la victoria en las generales del 20D al PP. Como diría un ex ministro muy prolífico en declaraciones de alto nivel, Federico Trillo, “manda huevos”.

En un ejercicio de memoria colectiva, voy a intentar hacer un repaso de lo que han sido estos cuatro años de desgobierno del PP, a modo de recuerdo, ya que por lo que parece la memoria de los españoles es un tanto frágil y enseguida se nos olvidan las cosas, incluso las que en algún momento nos han llegado a irritar gravemente y otras que sufrimos en nuestro día a día, pero que normalizamos en tiempo récord. Estoy seguro de que me dejaré muchas hazañas en el tintero, pues estos años han dado para mucho, y aunque pueda parecer que el presidente Rajoy ha hecho poco más que la mera función de administrador cual funcionario público, las órdenes estaban dadas y las instrucciones muy claras para todos sus mandatarios.

Recuerdo que en la campaña de 2011 a la generales, los dirigentes del PP andaban indignadísimos con la alarmante cifra de parados (unos 4.998.000; Con Rajoy, pese a las muchas palabrerías y medias verdades, el balance real pasados sus cuatro años de mandato es desastroso: menos activos, bastantes menos ocupados, parados cada vez más abandonados y desasistidos, empleos más precarios, salarios más bajos, derechos laborales mermados…y 4.850.800 de parados. Después de años de recortes y sufrimiento ahora venden la misma cifra como un éxito, acojonante), con la alta prima de riesgo que decían se llamaba Jose Luis Rodríguez Zapatero, en torno a los 300 puntos básicos (con el PP ascendió a 639 puntos y Rajoy tuvo que pedir el rescate) y con la ineficacia y nula gestión por parte del ejecutivo del PSOE. Recogieron firmas en contra de la subida del IVA, que los socialistas proponían subir dos puntos, del 16 al 18 y a ellos los parecía un sacrilegio y prometían bajarlo (lo subieron cinco puntos, al 21). Rajoy prometió en el debate televisado con Zapatero que no iba a dar ni un duro público a los bancos, viniendo a decir que eso eran cosas de comunistas (ha rescatado a la banca, entre otros a Bankia, hundida por “los suyos”, esos grandes gestores, que nos ha costado, en números redondos, 100.000 millones en ayudas públicas, o lo que es lo mismo, 2.175 euros por español, que en principio se iba a devolver y después nos hemos enterado que ya no. Un presente de los españoles a esa gente tan necesitada que se ha ido con los bolsillos llenos), y que las líneas rojas eran las pensiones, la educación y la sanidad. Eso no se tocaba de ninguna manera. Rajoy sacaba pecho: “yo no soy como usted, lo que no llevo en mi programa no lo hago”. ¿Qué les parece? Los medios de comunicación lo llaman contradicciones. En mi barrio se llaman mentiras.

El PP se presentaba a estas elecciones como los salvadores de la patria, eso que tanto los gusta, envolverse en la bandera y en las tradiciones, porque ellos son los únicos que hacen las cosas “como dios manda”, siempre de la mano de la Iglesia claro, esa que sale a la calle en contra del aborto (que poco le gustan los derechos a la Iglesia. Oye, si a nadie se le obliga, el que no quiera, que no aborte), pero cuando se trata de defender a los más débiles ante esta política de recortes que ha traído sufrimiento y dolor a los más desfavorecidos y no tan desfavorecidos, se quedan en casa con sus buenas calefacciones y sus privilegios. Que vamos a decir que no sepamos. Pues en estas, Cristóbal Montoro, actual ministro de Hacienda, decía en un pasillo del congreso a Ana Oramas, diputada de coalición canaria, a la que presionó para que votara en contra del paquete de recortes presentado por el entonces presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, a sabiendas de que España sería intervenida si no se aprobaban las medidas: “que caiga España, que ya la levantaremos nosotros”. Patriota, lo que se dice patriota, no suena. Hasta ese punto es capaz de llegar esta gente para llegar al poder. Un poder que creen que les pertenece por derecho. Claro, que vienen de donde vienen.

Las pensiones

Las pensiones es una línea roja que no se va a tocar. Pues se tocó, y a lo grande. En un acto cruel sin parangón hasta la fecha y de tapadillo, mientras la bilingüe Botella se desmarcaba con su “relaxing cup of café con leche”, el gobierno aprobó la reforma de las pensiones. Ésta consistía en desvincular las pensiones del IPC, como se hacía hasta la fecha, que es la única manera de que las pensiones suban en proporción al coste de la vida, y con ello los pensionistas mantengan su poder adquisitivo. En su lugar, se vincularon a dos fórmulas. La primera es el llamado “coeficiente de equidad intergeneracional de las nuevas pensiones”. ¡Toma ya! La pensión inicial se multiplica por ese coeficiente, de modo que los pensionistas que se vayan jubilando con una esperanza de vida mayor reciban una menor pensión inicial. Por ejemplo, suponiendo que la pensión inicial de 2014 es 1 para quienes se jubilen a los 65 años, para quienes lo hagan en 2015 la pensión inicial sería 0,9977, que es el resultado de dividir la esperanza de vida a los 65 años en 2014 y en 2015 (20,27 entre 20,34). Con las proyecciones actuales, el coeficiente sería de 0,9381 en 2024 y de 0,8832 en 2034, lo que equivale a rebajas en la pensión inicial del 6% y del 12%, respectivamente.

La segunda es de actualización de las pensiones, la que afecta a pensionistas actuales y futuros. (No pongo la fórmula porque es complicada y no procede, pero la podéis buscar). En lugar del IPC, se aplicaría una fórmula en la que la clave son los ingresos y los gastos del sistema. Es decir, está en función de si la economía crece o no, y ya ven el panorama. Definitivamente las pensiones dejan de tener garantizado su poder adquisitivo y se perjudica al que se ha estado toda la vida trabajando y pagando impuestos.

¿Y todo esto a cuento de qué? Todo está basado en una mentira para favorecer a sus amiguetes los banqueros. El gobernador del banco de España avisa que hay que hacerse planes de pensiones privados porque las públicas no son sostenibles. Esto tiene un nombre: timo. No es verdad que gastemos en pensiones de manera desproporcionada ni que el aumento del déficit de la seguridad social se deba al aumento de pensionistas. Se debe a las sucesivas reformas laborales que han mandado a los cotizantes a trabajos precarios y con salarios de subsistencia. La verdad es mucho más sencilla, donde nosotros vemos un derecho, ellos ven un negocio. Cada año, sólo en comisiones, los bancos facturan 2.000 millones de euros en planes de pensiones privados. No hay negocio que se les resista. Así es la derecha, no tiene manual, tiene intereses.

Educación

La educación no se toca. Se tocó, y a lo grande. Decían que unos pequeños recortes supondrían un gran ahorro para la nación y que en ningún modo implicarían un descenso en su calidad. Simplemente había que quitar del medio a unos cuantos profesores que sobraban y a los que se quedaban pedirlos que echaran unas horitas mas en el cole. En palabras de Aguirre, que se define como liberal a la mínima ocasión por si alguien no se ha dado cuenta: “sabemos que les estamos pidiendo un esfuerzo especial, pero veinte horas son, en general, menos de las que trabajan el resto de los madrileños”. Así lo relató la regeneradora de la democracia, siempre dispuesta a volver si el pueblo se lo pide. Para ellos los profesores son un hatajo de vagos.

Estos pequeños retoques se han saldado con unos 25.000 alumnos que pierden sus becas, 20.000 profesores menos y unos 80.000 alumnos más. En 2012 se redujo el presupuesto en 8.000 millones de euros, en 2015 el presupuesto ha sido del 3,9% del presupuesto, lo que nos sitúa en niveles del año 80 y a la cola de la Unión Europea. Cojonudo.

Caso aparte merece la nueva ley de educación, la LOMCE, también conocida como “Ley Wert”. Una ley que si en algo ha tenido consenso ha sido en el rechazo de toda la comunidad educativa, poniendo por primera vez en la historia de acuerdo a profesores, padres, alumnos y asociaciones. Por destacar algunas lindezas, llamadas “mejoras” por el ejecutivo, podemos citar que la asignatura de Filosofía pierde peso. Una asignatura totalmente necesaria ya que promueve y enseña a pensar y despierta el sentido y actitud crítica de las personas ante los acontecimientos que suceden y la forma de actuar en la vida diaria. Supongo que prefieren tener un pueblo sumiso y manejable. Elimina la asignatura de Educación para la ciudadanía, que promueve valores como el respeto, la solidaridad, el compañerismo, la tolerancia, educación sexual, sentido crítico, dignidad personal...esenciales para promover una sociedad libre, tolerante y justa, además de contribuir a la defensa de los valores y los principios de libertad, pluralismo, democracia, derechos humanos y Estado de Derecho. La razón de su eliminación es que consideran que es una asignatura que “adoctrina”, es “totalitaria”, y que el Estado no debe asumir la educación moral de los individuos. Por contra, imponen la asignatura de Religión, que coge mucho más peso y puntúa como cualquier otra para la media académica y para pedir una beca o ayuda. Debe de ser muy científico y edificante enseñar a los niños la teoría de la evolución en Sociales, a la vez que en Religión se los cuenta que provenimos de una costilla. Pero eso no debe de ser adoctrinar. Como tampoco debe serlo la noticia que salta hoy a los medios: “Educación retira las alabanzas a Aguirre de los libros de Primaria”. Los servicios de Inspección Educativa dan la razón a las quejas de las asociaciones de padres y han pedido a la editorial McMillan Edelvives “mejorar” un libro de texto de Ciencias Sociales de Primaria que ensalza la figura de la ex presidenta. Estos aluden al “panegírico que se realiza de doña Esperanza Aguirre”. El libro destaca el alto porcentaje de votos que alcanzó la presidenta del PP de Madrid en las elecciones e, incluso, su apuesta por la construcción de hospitales y escuelas dentro de un apartado que titula la “España de hoy”. La protesta de los padres del alumnado de colegios públicos incide, además, en que esa redacción forma parte del “texto que debe aprenderse [obligatoriamente], al estar inserto en un cuadro destacado para lograr ese propósito”. En concreto, la página 94 del libro incluye tres recuadros para resumir la historia de España. El primero de ellos, España Moderna I, se ilustraba con una foto de José Bonaparte; en el segundo, España Moderna II, aparecía la Puerta de Alcalá; y en el tercero, España Hoy, una foto de la ex presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre ante un atril.

España Hoy es el epígrafe bajo el que aparece el siguiente texto: “Esperanza Aguirre, presidenta del Partido Popular en Madrid desde 2004, es una figura clave en política. Fue la primera mujer presidenta del Senado y ministra de Educación y ocupó cargos muy relevantes en su carrera. Antes de ser presidenta de Madrid fue senadora con 1,5 millones de votos, estableciendo un récord en el porcentaje de votos recibidos por una persona. Durante su mandato como presidenta de Madrid construyó ocho hospitales y ochenta escuelas, muchas de ellas, bilingües”. ¿Qué te parece?

En unas declaraciones recientes del ministro de educación, Íñigo Méndez de Vigo, decía: “Va demasiada gente a la universidad. Tenemos que equilibrar”. Toda una declaración de principios. Luego sale algún portavoz del PP diciendo que las palabras se han malinterpretado, que en realidad no ha querido decir eso, que siempre vamos al detalle...En verdad esta gente no aguanta, siente un nudo en el estómago y una rabia que les hierve la sangre, de ver a hijos de obreros, de funcionarios, de mecánicos, de dependientes, en definitiva, de gente humilde que se ha partido el pecho a trabajar para poder dar a sus hijos la educación que ellos no pudieron tener, en las universidades. Es superior a sus fuerzas. ¡Qué coño hace esta gente aquí! No es posible que gente de tan baja clase, pueda ser beneficiario de una beca y pueda estudiar lo mismo que nuestros hijos. No podemos darles esa oportunidad. Pero no me sorprende. Vienen de donde vienen y nadie se mete en sus cosas.

Sanidad

¡La sanidad no se toca! Pues se tocó, y vaya si se tocó, que por poco nos quedamos sin ella. Hay que dejar claro que la sanidad es el servicio más valorado año tras año por los españoles según el CIS. Tenemos uno de los mejores sistemas del mundo y estamos muy orgullosos. (No se puede decir lo mismo de la justicia y de los medios de comunicación, que año tras año son los peor valorados. Mala noticia para una democracia). Pues bien, el PP ha visto en la sanidad un gran negocio desaprovechado. Cuanta pasta hay en la sanidad, podemos hacernos de oro, piensan. Y a toda prisa se pusieron manos a la obra, orquestando un plan tan pésimo como eficaz. Empezaron diciendo que la sanidad no se privatizaría, simplemente se pasaría la gestión a manos de empresas que abaratarían los costes y mejorarían la calidad. Cuando se les preguntaba que de donde iban a sacar el beneficio esas empresas con esas premisas, y que acompañaran esa idea con documentos y pruebas de como lo iban a hacer, repetían una y otra vez lo mismo, es cuestión de mejorar la gestión. Pues bien, resulta que ese modelo, cuya experiencia piloto fue el Hospital de Alzira de la Genralitat Valenciana, no ha resultado más barato, sino que se ha convertido en un sistema caótico en el que nadie ha salido beneficiado, salvo las empresas adjudicatarias y sólo gracias a la reescritura del pliego de condiciones de la adjudicación, que ha permitido la inyección de millones de euros para que no se hunda el servicio. Es decir, con dinero de los contribuyentes, como siempre.

Nadie ha solicitado esa privatización, ni los médicos ni el conjunto de la sociedad que asiste aterrorizada al desmantelamiento de nuestro sistema sanitario. Pero esta gente piensa que no hay razón por la que la salud deba ser el único servicio realmente socializado de este país. No lo pueden remediar. Son liberales en economía y no pueden resistir estar al frente de la gestión pública de un potencial negocio de miles de millones sin “pillar cacho”. Ya lo hicieron con Telefónica, Repsol, Argentaria...con todas las grandes empresas públicas de este país que rendían cuantiosos beneficios a las arcas públicas y que nos vendrían de perillas para paliar los catastróficos efectos de esta crisis, dividendos que ahora van a parar a los bolsillos de los accionistas. Una vez que la salud esté en manos privadas, el Estado será rehén de ellas, gobierne quien gobierne. La Administración tendrá que pasar por el aro y pagar lo que se le exija porque a un pueblo no se le puede dejar sin asistencia. Un plan redondo.

Lo que denota esta estrategia de privatización de la sanidad es una falta absoluta de escrúpulos y un nivel de crueldad y desprecio hacia el bienestar de la ciudadanía incalculable. Hasta ahí llegan los liberales, nada escapa a su voracidad. Menos mal que la gente se unió y salió a la calle. Sólo la gente es capaz de cambiar las cosas. Y debemos de estar atentos, porque tarde o temprano lo volverán a intentar. Se me olvidaba decir que el recorte en el presupuesto de sanidad durante estos años ha sido de 10.000 millones de euros, con todos los problemas que esto ha traído consigo. Menos medios, listas de espera infinitas, acumulación de pacientes por cierre de plantas...para no querer tocarlo, casi nada.


 
 
 

Comments


bottom of page