top of page

EL DRAMA

  • Armin Tamzarian
  • 22 ago 2015
  • 5 Min. de lectura

EL DRAMA

Sin duda, esta ha sido una de esas tardes por excelencia en las que más tiempo he estado meditando sobre un problema tan trágico como desesperanzador, sin ningún resultado en concreto. ¿El motivo? En la frontera griego-macedonia se aglutinan miles de refugiados provenientes de Oriente Medio y otras zonas de Asia, que prácticamente tomados por el Estado Islámico obliga al resto de civiles al exilio, la adhesión o la muerte. No hay más opciones, tan triste como cierto.

Dejar todo atrás por obligación, y si no se muere en el intento de huida, ni en el secuestro, ni en el durísimo camino dirección Turquía, tampoco hacerlo por hambre, si es que la suerte permite llegar a un país europeo, allí donde no hace falta más gente. Este es el drama del refugiado. Una vida en su país de origen adulterada por una organización terrorista sin escrúpulos, que siguiendo una interpretación divina y en busca del paraíso prometido obedecen como autómatas sin vacilar obligando a un ‘’conmigo o muere’’. Al otro lado las Finlandias, Holandas o Eslovenias hacen lo habitual: mirar hacia otro lado, el problema es de los griegos, malteses, italianos y españoles, esto no va con ellos.

Hacinados en los andenes y vías del tren, los bebés duermen en los brazos de sus padres, que esperan un tren para continuar su marcha hacia centro Europa. Presos del miedo, hambre, sed, cansancio y desesperación reclaman a la policía que se les devuelvan los documentos y permisos que les autorizan para coger un taxi o un bus, mientras los vendedores ambulantes buscan el lucro entre la miseria.

Aún continúa el miedo para estas familias que se niegan a dar datos por temor a represalias del EI. Historias de lo más variopintas se pueden encontrar, policías de tráfico, estudiantes, profesores o doctores forzados a la huida, ya no existen sus casas, ya no les queda nada, esta es su última opción. Desde hace meses su vida se ha tornado inhumana, comer basura, beber agua verde,... Un joven recalca: Nadie quiere dejar su país, pero el IS nos está echando y nadie nos quiere. Si morimos no perdemos nada, porque en Siria ya no hay vida.

Es la historia de ‘’Los olvidados de Gevgelija’’. Igual que la suya, esto ocurre día tras día, ya sea en una valla en África o en un desierto Mexicano. Es un tema muy preocupante cuya solución es muy compleja y posiblemente no sepamos dar con ella. Sin embargo esto invita a una reflexión.

LA UNIÓN EUROPEA ES UNA BURBUJA

No sabemos lo que es la escasez, ni el hambre, ni la sed, ni la falta de absolutamente nada, nos quejamos en ocasiones de vicio, de que Alemania, EEUU o Francia tienen esto y lo otro, y es cierto, y nuestro país es un desastre y ha sido saqueado, pero no nos falta. Es más en algunas cosas (pocas) poseemos más que los demás y alegamos que tenemos derecho y nos corresponde más. Son pensamientos en voz alta, aquellos que resonaron en mi cabeza en ese verano de 2013 cuando tuve el placer de viajar por Europa del este, donde me di cuenta de cuánto echaba de menos mi país, ese al que había puesto a ras de suelo, al que habían robado, corrompido, donde no había oportunidades ni expectativas de mejora. Esa melancolía provenía de haber visto lo que otros tienen y no tienen, de haberme dado cuenta de lo afortunados que hemos sido de haber tenido unos abuelos y unas generaciones anteriores que luchando contra viento y marea fueron capaces de sacar su vida adelante, la de su familia y la de otros tantos. ¡Qué decir ya de la gran suerte de haber nacido 500 km más al norte!

Sin duda una de las experiencias más enriquecedoras es viajar, ver, equivocarse, corregir y aprender, pero nada es equiparable a hablar, compartir y vivir con otras personas. Soy de aquellos a los que les gusta hablar con personas mayores, contienen historias y experiencias que animan y motivan, llenas de vitalidad. Recuerdo una acalorada discusión en un tándem de inglés con un señor ya jubilado, en el cual todos los jóvenes nos quejábamos de no tener trabajo, ni oportunidades, ni esperanza. Su argumento se remontaba a su historia, una familia de 9 hermanos viviendo en la pobreza. A día de hoy podía permitirse el compartir con nosotros su historia, aprendiendo un idioma a los 67 años en sus ratos libres, tomarse un vino, estar cobrando una pensión de jubilación, cuidar a su nieto del que se sentía realmente orgulloso y utilizar gratis el sistema sanitario más accesible del mundo. La esencia de su historia es el trabajo, la fe en sí mismo y la perseverancia.

VIVIMOS EN UN CUENTO

En la época de mi vida en República Checa tuve la suerte de vivir con una familia muy humilde y con gran corazón. En un pueblo pegado a Polonia esta familia de origen eslovaco y con pasado comunista me ofreció todo lo que tenía sin nada a cambio, familia trabajadora como la que más, sin grandes posesiones, con un discreto coche y un pequeño piso que invertía parte de su dinero en apadrinar a una chica ucraniana y financiar sus estudios en enfermería. Aún recuerdo las conversaciones con ellos, cuando me hablaban de su sistema, de la emigración de sus compañeros a las minas de Asturias, de la transición de su país del comunismo,…

Recuerdo y tengo el día 26 de Diciembre de 2014 muy presente en mi cabeza. Aquel día el gobierno anunciaba que cualquier ciudadano tras 90 días fuera de España perdería el derecho a asistencia médica, hasta que volviese a cotizar. No daba crédito, me hervía la sangre. ¿Cómo era posible que después de llevar toda una vida pagando religiosamente al estado se nos devolviese así el favor? Ese día echaba bilis por la boca, me acordé de toda la familia de nuestros gobernantes. Cuando se me pasó un poco, recuerdo hablar con un amigo peruano, con el que también viví. Al contarle que en España habían cambiado la ley y que perdíamos la asistencia médica gratuita su respuesta fue demoledora: Ah, aquí no tenemos de eso...

SEGUIMOS SIENDO UNOS PRIVILEGIADOS

Toda la Unión Europea. Un ciudadano cualquiera, por el mero hecho de haber nacido ya sea en Suecia como en Portugal o Croacia tiene derecho a campar a nuestras anchas, recorrer y utilizar el sistema de cualquier país de la Unión Europea sin ningún permiso extra, puede viajar donde quiera ya sea a los antiguos países yugoslavos, como a Paraguay, Indonesia o Senegal, con tan sólo un DNI o un pasaporte. Y nos extrañamos cuando a un egipcio le piden una cuenta bancaria con más de 30.000€ solo para comenzar los trámites de su visado a Alemania.

No sabemos lo que es que un país te expulse por las bravas, o que no te quieran en ninguna parte. El aquí escritor, dudaba de emigrar a Reino Unido (finalmente no lo hizo) por la incertidumbre que supone romper con todo y buscarse la vida en un país distinto, con un idioma distinto y sin conocer a nadie. Cuando tenemos miles de informaciones sobre el mundo entero, derechos que otros no tienen, una embajada dispuesta a ayudarte,…en definitiva, cuando disponemos de ayudas y capacidades que otros no. Lo tenemos todo tan relativamente fácil y vivimos tan relativamente bien que nos desanima el reto. Hablo por mí.

CONCLUSIÓN

Este artículo, o este vertedero de pensamientos, según como se mire, lejos de tener una moraleja conformista (no es mi intención), pretende causar una reflexión al lector, de concienciación, de gratitud, de crítica y de pensamiento hacia el problema que se avecina.

El Estado Islámico está empujando al resto del mundo a tomar acciones. ¿Cuál es la solución? ¿Qué se debe hacer? ¿Cómo? Es un tema tan controvertido como amplio. Dejaremos el hashtag #eidrama en twitter por si queréis dar vuestra opinión.

Informando al mundo, champiñón.com


 
 
 

Kommentarer


bottom of page