top of page
Buscar

Viaje de semana santa: Cáceres, Mérida, Badajoz, Lisboa, Sintra, Óbidos y Coimbra

  • Armin Tamzarian
  • 29 mar 2015
  • 10 Min. de lectura

Buenas champiñones,

Esta mañana estaba pidiendo los días de vacaciones para Semana Santa cuando me han venido muchos recuerdos sobre el viaje que hice el año pasado. Iba a visitar el país vecino, ese país al que muchos de nosotros miramos por encima del hombro: Portugal. Un país del cual apenas oímos alguna noticia por la televisión y que tenemos un poco olvidado, que alberga lugares, historia y una gastronomía que no deben pasarse por alto.

Recuerdo que esa semana santa me propuse ver muchas cosas en poco tiempo, y evidentemente me faltaron cosas por ver, aunque puedo presumir de que en 5 días vi 3 ciudades españolas como pueden ser Cáceres, Mérida y Badajoz y 4 portuguesas: Lisboa, Sintra, Óbidos y Coimbra.

Mapa.JPG

CÁCERES

Siguiendo la ruta de la plata paramos en primer lugar en Cáceres. Tengo que reconocer que apenas pude ver nada de Cáceres, y fue algo que me dio rabia. Perderme una ciudad tan bonita y tan histórica por la falta de tiempo fue algo que me irritó. Tan sólo pude dedicar poco más de una hora y media a caminar por sus calles, sus subidas, sus bajadas, sus palmeras o sus murallas. Una ciudad con un encanto especial a la que estoy seguro que volveré para dedicarle el tiempo que se merece y explorar sus bellos rincones.

Cac1.JPG

Cac2.JPG

MÉRIDA

Era la hora de comer y Mérida reclamaba su visita. Gracias a los consejos de Oscar Wilde pude elegir la opción más económica y comprar la entrada conjunta que incluía prácticamente todo lo que alberga esta histórica ciudad romana con sabor árabe. El Teatro, Anfiteatro, Circo Romano, La Alcazaba y la Casa del Mitreo.

Alcazaba.jpg

Alcazaba

Teatro1.jpg

Teatro2.jpg

Teatro Romano

CasaMitreo.jpg

Casa de Mitreo

Plaza.jpg

Plaza de Mérida

Ya era tarde y camino de Lisboa tocaba descansar en Badajoz. Lo cierto es que comparado con lo anterior poco me llamó la atención. La Plaza Alta, la muralla y la catedral. Era ya por la noche y tocaba prepararse para el día duro que venía. Por cierto, para alojarme fui al Hostal ‘’Las Heras’’, a un escaso minuto de la céntrica plaza de San Francisco. El precio fue de 27€ (habitación doble) y el trato con la recepción bastante bueno. Totalmente recomendado.

PlazaBad.jpg

Tocaba levantarse, se avecinaba un día duro. Había que ver media Lisboa, el Palacio de Queluz e ir a hacer noche a Sintra. Y así fue, autovía de peaje desde Badajoz. El precio total 15€, ¿merece la pena? Yo creo que sí. Las carreteras nacionales portuguesas son en general malas, tienes la velocidad limitada a 70 y atraviesas pueblos constantemente, por lo que tienes que ir aún más despacio. La autovía es buena y se llega fácilmente en no más de 3 horas y algo. Por cierto, si pensáis que la gasolina será más barata en Portugal olvidaos, cuando yo fui estaba carísima (1.60€ en Lisboa…) y el precio de normal es superior al español paradójicamente.

Puente 25 de Abril.jpg

Puente de 25 de Abril

Anécdota importante: Resulta que iba tranquilamente con el coche dispuesto a pasar el puente lisboeta de 25 de Abril. Cuando llegué allí iba dispuesto a parar en la cabina sin embargo no había nadie, y estaba la barrera abierta. Me quedé perplejo, mientras los demás coches no dejaban de darme las largas y pitarme. Finalmente arranqué para no crear más atasco del que había producido ya, mientras no muy amablemente me decían que tirase hacia delante. Lo hice, al mismo tiempo que miraba este símbolo:

VIa T.jpg

y me preguntaba qué coño era. De repente oigo una sirena que empieza a pitar y pitar, pero para entonces ya había arrancado y estaba pasando el espectacular puente. ¿Qué había sucedido? Sigue…

Después del viaje y una vez llegas a Lisboa lo cierto es que agradeces la hora menos de Portugal. A la hora de aparcar lo hice en la zona azul (no hay otra…) y de ahí nos planificamos para ver el Castillo de San Jorge y recorrer la zona antigua de la ciudad. Conviene mentalizarse de las cuestas que te vas a tener que patear.

LISBOA

Una vez se llega allí se puede ver la majestuosidad del Castillo de San Jorge junto con las vistas que ofrece. La entrada cuesta, 4€ si creo recordar y veremos como en Portugal la tónica de entrada de pago para hacer turismo se extiende a casi todo. Conviene explorar cada rincón de este castillo y aprovechar el lugar para hacer fotos de los increíbles paisajes que deja este rincón, la visión de una envejecida pero atractiva Lisboa bañada por el río Tajo, quién diría que es un río y no mar…Increíble.

DSCN1484.JPG

Una vez en el castillo podemos bajar por sus calles hacia el mirador de Santa Lucía para posteriormente ir a dar a la Sé (la catedral de Lisboa). Las calles tienen un aroma envejecido pero nostálgico adorable, y eso se palpa en el ambiente, en los adoquines, en la humedad y en la gente.

Mapa_Lisboa_Centro.jpg

Desde la Sé no es mala idea seguir bajando por las callejuelas hasta dar a la Plaza del Comercio, donde tendremos un punto de información al turista, comercios, restaurantes y un pequeño trozo de playa que lucha contra el Tajo (sabréis de que hablo cuando os asoméis). Ya estamos en la zona Baixa, la parte antigua de la ciudad. Desde aquí podemos organizarnos para pasear por la zona de Santa Justa hasta dar a la Plaza del Rossio, el corazón de Lisboa.

fotos-lisboa-plaza-rossio-001.jpg

Plaza de Rossio

DSCN1525.JPG

El metro no es mala opción si queremos llegar a alguna otra zona, aunque todo esto es perfectamente pateable.

Nos faltaría ver el Barrio Alto de la ciudad, podemos utilizar el ascensor de Santa Justa, que conecta las dos partes de la ciudad (previo pago de 2-3€), aunque como he dicho antes podemos ir andando sin problema. Desde lo alto podemos tomar fotos fantásticas del monasterio que está al lado, o mejor aún acercarnos a la Cafetería La Brasileira y volver atrás en el tiempo…en este viaje momentáneo merece la pena tomarse un café y dejarse llevar por el encanto de estar en un lugar así, no pensar en nada más…

DSCN1544.JPG

Elevador de Santa Justa

a_brasileira2.jpg

IMG_20140415_152446.jpg

Café de La Brasileira, ¡qué pureza!

Una vez este parón revitalizante (visita y parada obligatoria) podemos dejarnos caer por alguna de las muchas ‘’igrejas’’ que poblan esta zona o asomarnos a la Plaza de los Restauradores.

Era ya por la tarde y tocaba salir de Lisboa, había que ir a ver el Versalles Portugués, el Palacio de Queluz. Para ello había que tomar el coche (no está en Lisboa) y atravesar Lisboa con lo que ello conlleva…los portugueses tendrán otras virtudes, pero lo que se dice la habilidad para conducir y respetar las normas de tráfico no. Mucho ojo con esto, tienes que estar muy atento a todo.

QUELUZ

Qué maravilla, no podía pensar otra cosa. Vale que no es Versalles pero…que grandeza y que atrevimiento tuvieron los portugueses al querer honorificar al famoso Versalles. Que gran mérito tiene trabajarse un Palacio como este, de verdad. Al ser por la tarde la entrada es más barata a esta maravilla. Tuve la suerte de ir una hora antes de la clausura del palacio, con lo que estaba vacío y la sensación y recuerdo que tengo ahora es inmejorable. La visita fue comodísima y totalmente reveladora. Es recomendable ver todo el patio.

DSCN1585.JPG

DSCN1572.JPG

DSCN1589.JPG

Ya era tarde y como en Portugal a las 7 se cena, tocaba cambiarse de ciudad y hacer noche en Sintra. Sintra está a escasos 10 km de Queluz, y si Queluz había dejado las expectativas muy altas Sintra no nos iba a defraudar. Para hacer noche recurrí a un Hostel llamado Portuguese Hostel y fue un acierto, el chico que lo atendía, Nuno, fue súper atento. El precio no superó los 20€, tuve parking gratuito y lo que más me interesaba: El Palacio da Pena estaba a 3 km.

SINTRA

Cuando se habla de Sintra la gente por lo general o no la conoce o no sabe lo que en realidad alberga. Sintra es una de esas villas silenciosas con tesoros como el Palacio da Pena (9€), el Castillo dos Mouros o la Quinta da Regaleira (4€). Conviene organizarse, lo que yo hice fue madrugar e ir pronto al Palacio da Pena, al cual hay que ir en autobús o en coche, porque está en la cúspide de una montaña. Ir de los primeros me permitió aparcar prácticamente en la misma puerta y tirarnos toda la mañana para ver esta increíble edificación que esconde una magia vertiginosa.

3515980296_ca1853f9d2.jpg

palacio-da-pena-sintra.jpg

La niebla de aquel día hechizaba el castillo, y es que a simple vista infunde respeto, sobre todo por la noche.

Una vez visto el castillo podemos dedicarnos a visitar los múltiples rincones que esconde el jardín del Palacio, para lo cual estaremos algo más de una hora como mínimo.

Personalmente no vi el Castillo dos Mouros por falta de tiempo, en su lugar fui a la Quinta da Regaleira (otro jardín que estaba justamente en otro lado de Sintra). Y lo que acogía dicho jardín era espectacular, una visita que esconde cuevas, altos y pozos como este.

DSCN1749.JPG

DSCN1765.JPG

DSCN1740.JPG

El palacio del jardín la verdad que es bonito por fuera, pero por dentro es de lo más normalucho.

Muchas emociones el mismo día, mucha belleza, mucha historia y mucho patrimonio cultural, ¿se podía pedir más? Ya lo creo. Había que volver a Lisboa.

LISBOA (BELEM)

Quedó por ver el barrio de Belem, que en sí mismo no es parte de Lisboa sino que fue una ciudad distinta en su día. Aquí hay varias cosas que ver. Tenemos el monumento a los conquistadores, cuya visita cuesta 2€ y consta de la subida en un ascensor desde la cual tendremos unas panorámicas del Tajo, la torre de Belem, el monasterio de los Jerónimos y la plaza contigua impresionantes. ¿Merece la pena? Yo creo que sí.

Una vez vistas estas maravillas que se encuentran esparcidas por el barrio hay que hacer otra de esas visitas obligatorias: La famosa ‘’Pasteleria de Belem’’

lisboa_belem.gif

DSCN1800.JPG

Monumento a los conquistadores

DSCN1807.JPG

Monasterio de los Jerónimos

DSCN1834.JPG

Torre de Belem

En ella mediante una ancestral receta secreta se hacen los únicos, insuperables e inigualables ‘’Pasteis de Belem’’ una maravilla de pastel donde el hojaldre y la masa se derriten en la boca causando una sensación única al paladar, la que te indica dónde estás y la posterior sensación de que tendrás que marcharte muy a tu pesar...La cola que hay bien merece la pena la espera. Exquisiteces así son difíciles de encontrar.

pasteis-de-belem.jpg
Pastéis-de-Belém-11.jpg

Pasteles de Belem

Ya era por la noche y tocaba moverse hacia Óbidos, nuestra Ávila portuguesa. Como el camino por las carreteras portuguesas es lento, encontré un hotel a medio camino, que resultó estar regentado por una joven y agradable viguesa. El hotel en cuestión se ubica en Maceira y se llama Amazing West Beach Hotel. Creo que costó poco más de 20€ la noche con desayuno incluído.

No quiero exagerar en este punto, pero si me obligaran a cerrar los ojos y escoger el mejor hotel en el que he estado y el mejor trato que me han dado sin duda escogería este, para llevar tan sólo abierto un mes (cuando yo estuve) la chica se había ganado el cielo. Increíble.

ÓBIDOS

Después de un copioso desayuno en el hotel una hora de carretera hasta Óbidos, nuestro Ávila de Portugal. Óbidos es una ciudad pequeña que al igual que Ávila cuenta con una maravilla histórica. Una muralla que la da un calor especial, y eso se palpa cuando entras y recorres cualquiera de las calles medievales que puedes encontrar por la parte antigua. Una belleza que sinceramente se hace corta. Y es que cuando quieres darte cuenta ya lo has visto, después del interior de las murallas queda por ver el acueducto. Aprovecha estar ahí y toma el clásico chupito de la bebida de cereza local y si puedes o quieres darte un atracón de ‘’Bacalao a bras’’ hazlo, no te arrepentirás.

Obidos_April_2009-4b.jpg

DSCN1869.JPG

DSCN1841.JPG

IMG_20140417_121249.jpg

Típico licor de cereza de Óbidos

Cuestión práctica e importante: Cuando vayas a comer en Portugal ciñete a pedir lo que quieres, una vez hecho eso te empezarán a servir pequeños platos con comida. No los comas, si coges algo de lo que te van dejando en la mesa tendrás que pagarlo aunque no lo hayas pedido. Es una costumbre portuguesa y a los españoles no nos suele sentar bien, se supone que si no pides nada te lo están ofreciendo gratis pero…no es así…

COIMBRA

Coimbra es una ciudad universitaria por excelencia, podríamos decir que es como Salamanca o Santiago en España. Y desde luego que recuerda a Salamanca, sobre todo por la caliza amarillenta con la que se construye la ciudad, similar a la piedra de Villamayor.

Coimbra contiene varios rincones, que lamentablemente no pude visitar, como la ‘’Portugal de los Pequeñitos’’ cuya entrada cuesta 9€ creo recordar, creo porque me negué a pagar semejante cantidad para ver lo que era.

Conviene destacar el Monasterio de Santa Clara a un extremo de la ciudad, el jardín botánico y adentrándonos más en el centro tenemos la Sé nueva y la vieja. De nuevo conviene mentalizarse de las cuestas...

En lo alto podemos encontrar la plaza con la Sé y la zona de las Universidades.

DSCN1901.JPG

DSCN1900.JPG

Sé vieja

DSCN1877.JPG

Monasterio de Santa Clara

DSCN1886.JPG

Jardín Botánico

Una verdadera lástima...apenas me pudo dar tiempo a ver en condiciones esta maravillosa ciudad, se respiraba un buen ambiente sin duda.

Y como el tiempo apretaba no quedaba otra que ir ya hacia España. Cuando yo circulaba por Portugal en todo momento (salvo en la entrada a Lisboa) hice todo el viaje por carreteras secundarias, ya que las autovías allí son de pago.

Al volver a España recuerdo haberme incorporado a una autovía de 3 carriles amplísima (no había otra para volver) y vi la marca del peaje que continuamente me lo indicaba.

Al empezar el peaje iban anunciando los precios de los peajes, y yo como ignorante que era pensaba ¿dónde estará la cabina, dónde? Al ver unas cámaras arriba pensé que estaban calculando el importe y al salir de la autovía me calcularían el importe...

Llegué a Fuentes de Oñoro y en la parte de aduanas pasé como Pedro por su casa, cuando me quería dar cuenta ya estaba en la autovía a Ciudad Rodrigo, ¿pero entonces dónde se paga? me preguntaba yo...

Peaje-en-Portugal.jpg

¿Os acordáis de aquel símbolo tan bonito verde con la V? Resulta que en Portugal el pago es automatizado en la inmensa mayoría de autovías. Por lo que necesitas registrar tu matrícula en un sistema y las famosas cámaras te cargan el importe a la cuenta bancaria que has vinculado, no existe la posibilidad de pagar en metálico o en tarjeta en un stand. El importe de las sanciones se multiplica por 10 si pasas por un peaje sin registrar tu matrícula. ¿pero y qué coño iba a saber yo?

Después de todo me enteré que este tipo de multas no llegan a España por problemas burocráticos, bueno, no llegaban mejor dicho. El gobierno luso ha aprobado un decreto por el cual ahora parece que llegarán. La verdad es que hay una falta de conocimiento bastante considerable por nuestra parte. He de decir que la segunda vez que fui sí que registre la matrícula, para ello es muy sencillo, hay unas máquinas donde aparcar el coche mientras te hacen la foto, al tiempo tienes que registrarte con una tarjeta de crédito (que no de débito). Se pagan 0.60€ de tasa y en cada peaje se van cargando las tasas correspondientes.

Y hasta aquí todo esto fue mi viaje, un viaje de semana santa en el que al escribir estas líneas me han salido varias sonrisas, en realidad fue un pedazo de viaje de esos que recordaré durante mucho tiempo ;)

Informando al mundo, champiñon.com


 
 
 

Comments


bottom of page