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El golpe del 9N

  • Foto del escritor: Champiñon Punto Com
    Champiñon Punto Com
  • 17 nov 2014
  • 5 Min. de lectura

El golpe del 9N

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No era mi intención escribir mi primer artículo en este gran proyecto que es champiñón.com con el tema catalán, finalmente, el acto golpista protagonizado el 9 de Noviembre por el Presidente de la Generalidad de Cataluña, me ha obligado a cambiar de planes.

Mas, está cada día más cerca de ser un cadáver (aunque Rajoy sea capaz de hacer resucitar a un muerto), en primer lugar político, su deriva independentista va a provocar que la ERC consiga el sorpasso y su partido CiU, deje de ser por primera vez en la democracia, el partido más votado como auguran todas las encuestas. CiU ha sido siempre el partido más votado en todas las elecciones desde 1980, a pesar de que en dos legislaturas en las que el tripartito formado por PSC, ERC e ICV, con mayoría absoluta, diera el poder primero a Maragall y luego al charnego Montila. En segundo lugar, el que fuera Consejero de Obras Públicas del “Molt Honorable” Pujol en la Cataluña del 3%, Maragall dixit (aunque luego fuera del 5 al 20%), debería estar preocupado de que nada le “salpique”.

La consulta del día 9, sin validez jurídica alguna, como los propios convocantes saben, no fue más que otro triunfo hacía su paso firme hacia el abismo, que es la independencia. Mas, un títere en manos de Junqueras y de “las presidentas”, como así se conoce a Carme Forcadell (presidenta de la ANC) y Muriel Casals (presidenta de Omniun Cultural), desafió al Estado, y finalmente consiguió celebrar un simulacro de convocatoria. Un paso más hacia la independencia y hacia su fin político una vez pierda las próximas elecciones. Si hay proceso independentista lo llevarán a cabo los que siempre han apostado por ello (la ERC), a excepción de la etapa de Tarradellas, en dar golpes de Estado en otras épocas y declarar la independencia, ya tienen experiencia, Macià y Companys pueden dar buena cuenta de ello.

No era difícil esperar que finalmente hubiese una votación, frente a ellos tenían ni más ni menos que a Mariano I el Inane, especialista en no hacer nada, mirar para otro lado y continuar la obra y legado de su antecesor Zapatero, aquel contador de nubes al que el propio Rajoy llamó en su día “bobo solemne”.

Hay que tener una cosa clara, este proceso no tiene marcha atrás. Las ansias independentistas, a las que en 30 años desde los partidos de Madrid no han querido combatir, difícilmente se verán mermadas. Ya es una generación entera criada en el victimismo, la inmersión lingüística y la manipulación histórica. Ya nada hará cambiar eso, ni un nuevo pacto fiscal, ni nuevas competencias, ni nada que se le parezca. No hace ni diez años que con el nefasto Zapatero, se aprobaba un estatuto catalán que reconocía a Cataluña como nación, entre otras muchas perlas, el Constitucional entonces, miró para otro lado.

Hoy, tras la farsa que fue la votación y el cúmulo de irregularidades (sin ni siquiera censo electoral, sin que pudiesen ni siquiera votar los catalanes del resto de España pero sí los del extranjero, sin control de los votos, con Junqueras haciendo el recuento, dando plazo de 15 días para votar y haciendo recuento ya el primero…) y a pesar de que sólo un 37% (sin contar los que votaran más de una vez) fue a votar, para los independentistas ya es una victoria. Que sea la votación a la que menos catalanes han acudido en la historia de la democracia, no es óbice para maquillar el resultado, y si no ya tienen 7 televisiones públicas pagadas entre todos los españoles, y a una prensa mansurrona y lanar, subvencionada para mayor “gloria” del proceso.

Y ante esta situación ¿qué queda hacer? Con un presidente que realmente fuese digno de ser llamado así, se habría evitado ese Golpe de Estado al conjunto de la soberanía nacional, ya que como dice la Constitución, la soberanía nacional recae en el conjunto de todos los ciudadanos españoles. Una parte de España, no debería decidir sobre algo que afecta al conjunto de todos los ciudadanos.

Rajoy se cansó de decir que no habría consulta, que jamás lo permitiría. No sólo la hubo sino que cuando se produjo, dio la callada por respuesta. Sólo la presión pública hizo que saliese a dar la cara antes de irse a Australia para no decir nada. Un acto que para cualquier presidente, incluso el de las ruedas de prensa en plasma o sin preguntas de los medios, sería definido de cobardía.

Una vez hecha la consulta, seguramente cualquier acto sería inútil. Juzgar a Mas por ejemplo, por malversación de fondos públicos (esa consulta la pagamos entre todos), suspender la autonomía como recoge la Constitución ante un acto así, o cualquier medida que se pueda tomar, seguramente, no haría más que hacer crecer el victimismo que caracteriza a los independentistas catalanes, la mejor solución, era impedir esa farsa.

Ante el duelo entre las instituciones catalanas y españolas, las primeras han salido vencedoras, y ni la fiscalía ni al Gobierno, parece importarles.

Esta semana hemos visto a toda la prensa, a excepción del ABC, clamando por pactar. Desde El Mundo, ya sin Pedro Jota, a La Razón de Marhuenda, la prensa catalana y El País de Cebrián, más preocupado últimamente por impulsar a Soraya como sucesora de Rajoy. Pero… ¿qué se puede negociar con gente así? ¿Sirve de algo negociar con golpistas y aquellos que burlan las leyes? Ni el último estatuto catalán, ha hecho menguar sus pretensiones. Cosa que lleva haciendo desde hace meses en los viajes a Barcelona su asesor áurico, el aciago Arriola.

Mariano no parece ni preocuparse por hacer ver las consecuencias de una posible independencia para los propios catalanes. Algunos estudios hablan de una deuda del 145% de su PIB, una caída de entre el 7% al 34% del PIB, fuerte descenso de las exportaciones (que en gran parte son al resto de España), un 34% de paro, la marcha de muchas empresas, salida del Euro, una deuda de 70.000 millones infinanciable fuera de España y de la zona Euro. Una sanidad y educación que no podrían pagar si no fuera porque son la autonomía que más dinero ha recibido del Fondo de Liquidez Autonómica (de los 12.217 millones de euros recibidos hasta junio de 2014 por las ocho regiones adheridas, 4.760 han ido a parar a Cataluña).

Queda ya sólo o poner un puente de plata a los independentistas en su causa, o un gobierno que defienda los intereses de todos los españoles, que haga cumplir la legalidad, que ejerza como el gobierno que es, que defienda los intereses de los catalanes que no se sienten independentistas, y que no se achante ante una situación así. De lo contrario, Mariano, te puedes quedar en Australia y no volver.

Y citando a Federico Jiménez Losantos en su artículo de hoy en Libertad Digital: “El golpe de 2014 busca explícitamente la destrucción del Estado Español, de la soberanía nacional como base del sistema constitucional y de todos los lazos legales, históricos y morales que unen a España desde hace siglos.”

A modo de conclusión, me despido por hoy con el bando publicado por Rafael de Casanova, “Conseller en Cap”, el 11 de septiembre de 1714, y el referente de la causa independentista, justo antes de la batalla en la Guerra de Sucesión, en la que las tropas austracistas de Barcelona que querían colocar al Archiduque Carlos como Rey de España, eran derrotadas por las borbónicas de Felipe V.

“Se confía en que todos, como verdaderos hijos de la Patria, amantes de la libertad, acudirán a los lugares señalados, con el fin de derramar gloriosamente su sangre y su vida por el Rey, por su honor, por su patria y POR LA LIBERTAD DE TODA ESPAÑA.”

Josinho

Informando al mundo, champiñon.com


 
 
 

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