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filosofando con oscar wilde

 

 

¿Qué es peor?

 

 

¿Qué es peor, dejar libre un delincuente o apresar a un inocente? En la sociedad en la que hoy vivimos, contestar esta pregunta se antoja muy complicado.

 

En el primer caso, dejar libre a un delincuente puede acarrear múltiples perjuicios para la ciudadanía, por ello si pensamos egoístamente sería el peor de los casos. Aunque primero habría que delimitar el término de delincuencia, no es lo mismo un violador o un maltratador que un malversador de fondos públicos o un simple estafador.

 

Hasta ahora en España estaba peor visto y más perseguido a aquel que infundía su delincuencia con daño físico y moral, sin preocuparnos en demasía por el que nos extorsiona y asfixia desde el gobierno o el poder, siendo ambos males supremos.

 

En el segundo caso, encerrar a un inocente nos produce una sensación de culpabilidad, de lástima, pero en el fondo pensamos: “que más da, mientras no me toque a mi” “mejor que se joda una persona inocente a que un loco pueda seguir delinquiendo y perjudicándonos a todos”.

 

Por esto, podemos pensar que nos comportamos como unos egoístas empedernidos, solamente mirando nuestro propio ombligo sin pensar ni un momento en el de al lado. Solidaridad, compromiso social ¿qué es esto? Preguntémosles a nuestros políticos.

 

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